
Pastoral Juvenil Marista
Acompañandote en todo momento

Pastoral Juvenil Marista
Acompañandote en todo momento
Un Colegio Marista es un lugar de aprendizaje, de vida y de evangelización. Promovemos la educación integral de niños, niñas y jóvenes, teniendo en cuenta todas sus dimensiones: cognitiva, afectiva, psicológica, social y espiritual.
En la pastoral juvenil entendemos que la tarea más importante es servir a todos los jóvenes. Nuestras propuestas que son espacios extracurriculares, invitaciones a profundizar la búsqueda y el crecimiento de la fe, están pensadas, animadas y acompañadas por jóvenes que participaron y participan de experiencias de pastoral juvenil con la impronta del carisma marista. Para ellos a su vez buscamos espacios de formación específicamente para animadores, en especial en relación a cómo encarar su tarea teniendo en cuenta la espiritualidad que deseamos compartir con los alumnos: el carisma Marista, el Dios de Jesús, la figura de un Jesús compañero, y la importancia de generar buenos vínculos que favorezcan y enriquezcan la convivencia escolar cotidiana.
Dirigida a los pre-adolescentes de 12 a 14 años. Buscamos favorecer un clima de acercamiento que nos brinde la oportunidad de reconocernos para crecer junto a otros.
Es una propuesta para adolescentes de 14 y 15 años. Creemos que en este momento, donde comienza el paso de la pre-adolescencia a la adolescencia, es necesario un acompañamiento especial, sobre todo apoyando el camino de la profundización en la identidad.
Es una propuesta para adolescentes de 15 años, en la que se invita a la gran búsqueda del yo, a descubrir cuáles son nuestros sueños, cuáles son nuestras motivaciones y encontrarnos en el grupo con la convicción de que Jesús nos invita a soñar un mundo donde el amor nos abre las puertas.
Buscamos contruir un espacio en que los adolescentes puedan desplegar sus habilidades para hacer un mundo mejor a través de actividades concretas. Para Acercarnos a los demás, necesitamos un camino, un acceso, para poder ir y venir, y siguiendo el ejemplo de Marcelino, elegimos construir.
Proponemos que los adolecentes puedan abrazar sus sueños y se animen a comenzar a recorrer este camino, descubriendo que Jesús sueña con nosotros y buzca que crezcamos a través del amor sincero.